La Nación ha sido considerada por muchos como el resultado de un proceso histórico que s ecumplió antes que se configura el Estado, el cual aparecería para organizar jurídica y políticamente a la Nación.
¿Toda Nación debe convertirse en Estado?
El principio de las nacionalidades responde afirmativamente a esta cuestión, toda Nación tiene el derecho a constituirse en Estado.
¿La Nación antecede necesariamente al Estado?
Esta idea ha sido rebatida con fuertes argumentos. El más ilustrativo de ellos es:
De los Estados Unidos de Norteamerica, este país se constituyo como estado en la constitución de 1787, pero el proceso de formación de la Nación norteamericana se prolongó a partir de entonces hasta bien entrado el presente siglo, cuando el Congreso estadinense adoptó medidas tendentes a detener el flujo constante de inmigrantes que remodelaba sin cesar la fisonomía nacional.
Otro ejemplo es el de Colombia, es evidente que cuando se configuro estado Colombiano en 1819, no existía todavía una Nación colombiana. En el suelo patrio convivian, diferentes naciones: una aborigen, integrada por las diferentes tribus de lenguas y costumbres, que habitaban el territorio desde la era precolombina, que conformaban lo que se llamaba la población indígena; es justamente esa amalgama la que va a dar como resultado muchos años despues lo que hoy puede llamarse la Nación Colombiana, con sus rasgos esenciales y comunes: idiona, tradiciones, costumbres , etc.
LA DIMENSIÓN DE LA POBLACIÓN
La dimensión de las comunidades depende esencialmente de la extención de su población, es decir, del número de sus integrantes. La dimensión del territorio no juega sino un papel secundario frente a la de la población: El Japón es considerado un gran Estado a causa de su población, mientras que Australia se considera un Estado mediano, no obstante su gran tamaño físico.
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